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En una época en que ser mujer te daba el mismo valor social que una mandarina, y ser negro suponía que tu mayor aspiración en la vida podia ser cultivar cantando "Cola Cao", Henrietta Lack solo podría ser conocida si hubiera llegado a presidenta de la nación o si hubiera sido inmortal.
Y sin acceso a una educación superior, ser presidente era algo muy complicado.
Henrietta vivió una vida normal hasta que en 1951 le diagnosticaron un cáncel cervical que acabaría con su vida pocos meses después. Pero no del todo... Las muestras del tumor que le sacaron sin permiso (una desventaja de no tener derechos sociales) podían ser mantenidas vivas y reproduciendose "infinitamente"!!!
De alguna manera, estas células producen una versión activa de Telomerasa que rompe el "Límite de Hayflick" de división celuluar, lo que en paladín castellano quiere decir que estas células no pueden envejecer.
Y darle una línea de células infinitamente divisibles a un científico es el equivalente a darle una navaja suiza a Bear Grylls (a.k.a. el último superviviente): Estas células han sido usadas durante más de 50 años para generar vacunas, investigaciones contra el cáncer, Parkinson, estudios sobre clonación, envejecimiento... Todo esto sin que en 20 años se les dijera una sola palabra a la familia.
Esta línea celular fue llamada HeLa (una lástima que el apellido de Henrietta no comenzara por Man); su trascendencia es tal que hoy no hay un laboratorio de vacunas o investigaciones genéticas que no tengan su propio cultivo de células HeLa, e incluso algunos científicos la consideran la primera creación de una especie no humana (las células HeLa tienen un genoma distinto a causa del cancer del que se crearon), capaz de persisitir y expandirse más allá del control de sus cultivadores (se estima que un 20% de las células que se cultivan "in vitro" han sido contaminadas con células HeLa, lo cual está generando un problema importante en las investigaciones actuales) .
Imagína qué ocurriría con la piel del pellejo de Sean Connery.
